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El Rincón del Guitarramigo #1: Entrevista a Rossy

A diario, miles de personas utilizan la música para relajarse, entretenerse o simplemente liberar el estrés. Pero, ¿sabías que la música, en manos del Todopoderoso Dios, tiene el poder de sanar y transformar tu vida?

Te invito a ver el testimonio de Rosy, estudiante de la escuela de guitarra online, en el cual nos cuenta cómo Dios ha utilizado la música para sanarle física y emocionalmente:

Transcripción

Ángel: Muy buenas, guitarramigos. Por aquí Ángel y en esta ocasión tengo el placer y la inmensa bendición de iniciar una sección nueva, que en el canal en YouTube y también en el blog, es llamada El Rincón del Guitarramigo. La idea de esta sección es destacar el trabajo de los alumnos que están actualmente en la Escuela de Guitarra Online o que han pasado en algún momento por la Escuela de Guitarra Online y quizás ya están ejerciendo entre otras funciones o incluso han pasado a estar activos en el Ministerio de alguna manera. Así que, espero que sea de mucha motivación para ti que lo estás viendo ahora en esta grabación y bueno, para iniciar con el pie derecho, en esta ocasión me acompaña una estudiante muy especial porque ella es parte de ese primer grupo que inició la Escuela de Guitarra Online allá para mayo de mil… del 2018, Mayo del 2018. Ok, así que Rossy, bienvenida…

Rossy: ¡Gracias!

Ángel: … y gracias por tu tiempo y por acceder a compartir estos minutitos conmigo aquí. Así que, para iniciar, Rossy, cuéntame un poquito de ti. Sé que fuiste maestra por muchos, muchos años.

Rossy: Sí, primero, es un gusto conversar contigo y es un gusto también poder compartir mi experiencia porque a más de alguien le puede ser útil y, como bien decías, yo llegué en mayo del 2018 estando ya jubilada de mi periodo laboral. Estuve 42 años al servicio de la educación y bueno, por ahí hubo un traspiés entre lo laboral y lo económico que me dejó muy a maltraer, no sé si se entiende el concepto.

Ángel: Yo creo que sí.

Rossy: Ya, entonces quedé muy mal en mi salud física porque me afectó demasiado. Fue una pérdida muy grande, una experiencia muy fuerte de aquella en que uno dice y yo lo he dicho: me tocó conocer el rostro de la soledad y me tocó besar el polvo de la humillación. Fue muy fuerte. Entonces eso trajo muchas consecuencias a mi salud física y a mi salud emocional. Para limitar un poquitito la historia, no me quedó nada. Lo único que me quedó fue mi fe. Recuerdo perfecto que yo lo único que hacía era pedirle al Padre que nada deteriore mi fe. Así de simple. Entonces llegó un momento ya muy crucial donde mi hijo vivía acá, yo estaba en el sur del país, y me dice: «¿por qué no te vienes conmigo?” Entonces, bueno, me vine. Y yo todavía no tenía mucha conciencia de mi condición en la que estaba. Entonces yo llegué acá con la intención de buscar trabajo. Ya estaba jubilada, pero era necesario, estaba muy mal económicamente. Lo que pasaba es que yo no me daba cuenta lo mal que estaba. Estaba muy, muy, muy delgada. Físicamente había perdido mucho peso. Pero él sí se dio cuenta de la gravedad en que estaba y poco a poco él con su ternura, porque él es muy especial, me pedía que me quedara acá en la casa - porque él estaba trabajando y trabajaba bien - que duerma y que me tranquilice, que después vamos a ver lo del trabajo. Hasta que llegó un momento en que él me dice: “mira no te preocupes que con lo que yo gano es suficiente. Si en algún momento vemos que el asunto pasa a otra condición, ahí vemos qué sucede. Por ahora, tranquilízate y descansa.” Pero en ese descanso yo trataba de salir a dar una vuelta por el barrio, pero me di cuenta de que me desorientaba en la calle, me perdía, no sabía cómo regresar. Entonces ahí acudí a una libretita, entonces esto te da señas a ti, te da indicio de lo mal que estaba. Pero yo poco a poco lo fui asumiendo y, en algún momento de mi soledad y de estar en casa solita, yo le decía: “Padre, yo no quiero ir a un psicólogo porque a un psicólogo qué le puede importar lo que a mí me pase. Pero yo quiero mejorarme, yo quiero levantarme de aquí, yo no soy esto, no quiero, no quiero ser una carga para mi hijo.” Y en ese pedirle al Padre yo me había traído una guitarra de allá del sur, que las poquísimas cosas que traje.

Ángel: ¡Interesante!

Rossy: Y el Señor sabe lo que hace, ¿no? Pero yo no sabía tocar guitarra, sino que como desde muy niña en alguna ocasión te lo conté y yo canté siempre, siempre en la Iglesia, incluso primero canté y después hablé.

Ángel: Recuerdo, recuerdo que me lo había comentado.

Rossy: Extraño, pero así era. Pero siempre estuvo dentro de mí ese deseo de tocar un instrumento. Pero tampoco nunca tuve la oportunidad y me tocó dura la vida, entonces ir a trabajar, trabajar, trabajar y bueno, hacer lo que tenía que hacer. Y estando en esta condición, en este momento de salud y buscando al Señor y buscando levantarme de donde estaba. Como una luz pasó por mi cabecita buscar una academia donde pudiera yo ir a aprender a tocar guitarra, ya que la tenía acá en la casa. Me metí en internet y aparecieron varias academias acá que eran presenciales. Pero yo dije: “Cómo voy a ir si yo me pierdo en la calle, y voy a tener que salir”. No, no me hacía mucho sentido porque me retuvo. Así seguí buscando y me aparece: Academia de Guitarra Ángel Candelaria. Seguí las instrucciones y busqué la entrevista, y ahí conversé contigo, y ahí te conté la condición en la que estaba, en lo que necesitaba. Recuerdo perfecto que una de tus preguntas fue: “¿qué música te gusta?” Y yo te dije: “la música cristiana”. No dijiste nada, sino que tu respuesta fue: “bien, no te preocupes, nos vamos paso a pasito y ahí en el camino vamos viendo”. Y eso a mí me llamó la atención, de verdad. Me llamó la atención porque sentí que me habías escuchado y al escucharme sentí que me entendiste. Entendiste claro lo que yo necesitaba. Y bueno, aquí estoy. Han pasado cuatro años.

Ángel: Sí, parece que fue ayer.

Rossy: Sí, parece que fue ayer.

Ángel: Y todavía recuerdo esos primeros emails, esas primeras conversaciones.

Rossy: Sí, y recuerdo que me costó mucho empezar y yo veía a mis compañeros de grupo que hacían maravillas con sus manos sobre la guitarra y yo decía: “Señor, ¿yo alguna vez llegaré a hacer algo?” Yo quería era lograr cantar al menos un par de canciones y acompañarme, y eso iba a satisfacer mi vida. A todo esto, debo contarte que cuando yo inicié todo esto lo hice solita y calladita, no le conté nada a mi hijo y si tu recuerdas, ese tiempo hacíamos las reuniones como a las 7:00 de la tarde más o menos, después cambiamos más temprano y después ya no estabilizamos.

Ángel: Sí.

Rossy: Pasaron más o menos tres meses y mi hijo siempre llegaba después de las 8:00 de la tarde acá, de la oficina de trabajar. Así que yo tenía como que el tiempo justo entre que terminaba la sesión y yo guardar todo porque él me había regalado un computador para mi uso personal, entonces no había problema usarlo y así que alcanzaba a guardar todo y guardar mi guitarrita por ahí adentro y pasaba. Pero un buen día estaba en clases cuando veo que mi hijo entra y me pilla aquí, así como estamos ahora y él se sorprende, porque sabiendo él que yo estaba super perdida en todo, se encoje de hombros y me pregunta con gestos: ¿qué pasa? Y cuando ve que estamos conversando y que yo estaba con mi guitarra trabajando, se fue a su pieza. Pero cuando terminó la clase entonces yo cerré mi computador y me fui a su pieza a dar explicaciones. Su primera pregunta fue: “¿recibiste invitación para entrar?” Sí, le digo, si yo hace tres meses que estoy trabajando, entonces ahí le conté y ahí le dije lo que había hecho y paso a paso y como lo estaba haciendo y él me dice, bueno, si tu sientes que eso te hace bien y es lo que tu necesitas, está bien. Y bueno, seguí después ya más tranquila, más relajada y él empezó a ver de que yo ya ensayaba y practicaba cada vez tanto en la casa, me venía a mirar, no decía nada, pero también el me empezó a apoyar con algunas cosas que yo no tenía. Entonces, pasó el tiempo y llegamos al año siguiente, al mayo siguiente, y resulta que me encuentro con que se había cumplido lo que tú me habías dicho: “No te preocupes, que cuando haya pasado un año tú vas a estar cantando tu primera canción y tocando”. Y así fue. Al año, estaba tocando y cantando mi primera canción. De ahí en adelante, esto fue de la mano con el objetivo principal que yo tenía, que era recuperar mi salud. Empecé a atenderme también desde la salud con un naturópata que me ayudó muchísimo y hasta el día de hoy yo sigo con él. Y al poco andar, se empezó a ver el resultado. Por un lado, el tratamiento que yo estaba siguiendo acá y por el otro lado, el haber activado mis neuronas, el haber activado mis capacidades que estaban escondidas y el estar preocupada de algo que a mí me gustaba hace mucho, hacer. Y poco a poco me fui sintiendo bien y poco a poco dejé de lado esa libreta que yo tenía que usar para salir a la calle. Y aprendí a cocinar de nuevo porque hasta cuando estaba en su condición, de verdad, cocinaba cosas incomibles. Entonces la recuperación ha sido… cómo se llama eso… completa, en todas las áreas. Integral. No solamente la memoria. No solamente levantar el entusiasmo. No solamente saberme útil de nuevo, sino que, sentirme contenta, sentirme feliz, levantarme con deseos de hacer cosas y acostarme dando gracias por todo lo que alcancé a hacer, y lo que no hice… bueno, no importa. Eso es así como en un breve resumen lo que ha ocurrido conmigo.

Ángel: Has mencionado varias cositas que incluso yo no conocía. Sé que hemos hablado otras veces y me has contado algunos detallitos, pero ahora me estoy dando cuenta del impacto que ha tenido ahora todo este proceso en tu vida Rossy, y para bien. Bueno, la música de por sí, y esto hasta en la Biblia lo podemos ver, tiene propiedades curativas, tanto emocionales incluso como físicas. A nivel científico y académico hay una disciplina o por decirlo así, una especialización, que se llama musicoterapia. No sé si allá en Chile hay, pero por lo menos acá en Estados Unidos sí los hay, y es una profesión que se estudia, es una especialización dentro de la música. Conozco gente que se dedica a esto y combinan la música con la terapia para mejorar la salud física y emocional de los pacientes. Y bueno, veo que eres un perfecto ejemplo y testimonio de eso. La verdad, me alegro. Te puedo decir que yo no estaba ni consciente de todo lo que estaba pasando tras bastidores en tu vida y cómo esto estaba haciendo impacto. Así que, definitivamente había un propósito de Dios y un proceso de Dios ahí para tu vida, para la mía también, e incluso puedo decir para los estudiantes que han pasado y que están actualmente en la Escuela de Guitarra Online. Ya he comentado otras veces que a cada rato alguien me dice no, si esta señora Rossy tremenda inspiración y mucha motivación y todo el mundo te ve y bueno, como que reciben una dosis de energía de inspiración para seguir adelante. Así que, no solo has mejorado tu vida, sino que también tu ejemplo está mejorando, impactando de manera positiva en la vida de otros que te ven. Y vamos, que de empezar de cero a hoy en día que ya está tocando, cantando y ya me han dicho incluso que te están invitando a congregaciones.

Rossy: ¡Sí!

Ángel: Cantando en línea tanto como físicamente.

Rossy: Antes de eso, yo quiero rescatar un par de aspectos que no me gustaría que quedaran, que se me olvide después tocarlos. Una es, que muchas veces nosotros cuando estamos jóvenes, cuando estamos en plena actividad laboral, pensamos erróneamente que podemos hacerlo todo. Yo sé que era buena profesional. Yo sé que lo que hacía estaba bien. Pero lo que se me olvidó hacer fue pedir la dirección del Padre antes de hacer las cosas. Entonces, esto por muy fuerte que haya sido para mí, hoy día ya no me duele. Ya no me duele lo que pasó. Ya no me duele el abandono que tuve de amigos; porque en ese tiempo tenía amigas, muchas amigas. Participaba en la iglesia y tenía muchísima participación en la iglesia. Era muy activa, pero cuando llegó el momento del golpe final, miré a un lado y no había nadie, y miré al otro lado, y rostros se volvieron al otro lado. Entonces por eso digo con certeza y con mucha seguridad y con mucha responsabilidad también, le conocí el rostro a la soledad. Y lo único que me quedó fue aferrarme a esa fe que sí estaba y estaba pendiente, y está ahí, fuerte. Y el Señor me respondió. Y me sacó de allá de donde estaba y me trajo aquí, a este lugarcito, este rinconcito y aquí yo le clamaba al Señor que me levante de esa condición, de hecho nunca fui al psicólogo. Mi psicólogo fue la música. El terapeuta fuiste tú. Pero yo no tenía ninguna duda de que esto fue dirigido por el Padre, porque habiendo yo encontrado otras academias que estaban acá en la ciudad, en la que yo tenía que viajar y no me atreví a hacerlo. Pero ¿quién me llevó a mí a contactarme contigo para tratarme en forma de una manera online en donde nunca nos hemos visto personalmente? Solamente en línea. Entonces, si esto no es mandato dado por el Padre y gobernado por él, ¿qué es? Y eso me gustaría que esto lo pudieran tomar las personas que lean esta entrevista, esta historia, que les sirva como ejemplo a los chicos jóvenes. No se olviden qué es lo primero que uno debe hacer. Y a los que están en problemas, qué es lo primero a donde debemos acudir. Entonces me gustaría a mí que pudiera quedar y que esta conversación sirva y tenga como un sello que hay un solo Nombre.

Ángel: Amén. Amén. Bonito testimonio. Y bueno, concuerdo. Sabes que mientras hablabas me acordé de un verso en la Biblia y probablemente lo has escuchado. Es en el Salmo 27:10 y dice: “Aunque mi padre y mi madre me dejen, con todo, el Señor me recogerá.”

Rossy: ¡Así es! Amén.

Ángel: Me acordé porque como hablabas de la soledad y que en medio de esa soledad hiciste lo correcto, acudiste al único Ser que realmente puede llenar y transformar esa soledad en paz, en alegría; cambiar nuestro lamento en baile, ¿verdad? Nuestro Dios, y bueno en este versículo lo vemos, que, aunque aún nuestros padres… aquellos que nos engendraron nos den la espalda, Él no nos da la espalda y siempre tiene una palabra de aliento y de prevención, de transformación para nuestra vida.

Rossy: Y Él pone caminos, abre caminos y él pone a sus ángeles. Entonces y yo digo, el Señor no me pudo haber mandado y haberme puesto mejor en manos que en las tuyas. Y a ti te puse la prueba de fuego. Mira a quién te mandó para eso. Mira quién te mandó. Tú no esperabas encontrarte con alguien que a mi edad no supiera absolutamente nada, y para peor… para colmo, no estar en las mejores condiciones para empezar un camino de aprendizaje. Sin embargo, se ha logrado, gracias a Dios.

Ángel: Bueno, para ser honesto, yo no conocía todo el trasfondo al principio. Obviamente en el proceso es que me has ido contando, y en parte por eso quise invitarte a iniciar esta sección, porque sé que tu testimonio puede ser de mucha ayuda a personas. Desde algo tan sencillo como personas que quizá digan, ya estoy demasiado avanzado en edad para comenzar; y realmente no, cuando hay el deseo y hay un propósito de Dios, ahí la edad no es impedimento. Pero, además de eso también, cuando hay aparentes limitaciones físicas, emocionales; que quizá hagan a uno pensar: yo no puedo hacer esto, no a esta condición, no puedo. Pero la realidad es que, para nuestro Padre, para Dios, no hay nada imposible.

Rossy: Sí, yo creo que la limitación más grande que puede existir es la limitación del corazón.

Ángel: Sí, sí.

Rossy: No hay otra. Nosotros tenemos ejemplos, muchos ejemplos de personas minusválidas. Y cómo logran traspasar esas barreras y hacer de su vida una vida útil. Entonces, cuando nosotros tenemos todo físicamente completo, pero no nos funciona la mente, es porque también el corazón está funcionando para cualquier cosa, menos para lo que debiéramos usarlo. Fíjate que, en esto, y me gustaría compartir un pensamiento, que la música debería estar presente en toda nuestra vida, a lo largo de toda nuestra vida. De hecho, se sabe y es así que, cuando la mamá está embarazada, mientras su bebé está en su vientre no hay nada más saludable para esa criatura que su mamá cante o escuche música o practique cosas artísticas, porque todo eso lo absorbe el bebé. Y eso también está comprobado, es así. Pero después de eso, hay una responsabilidad tan grande de los padres frente a los niños que es, motivarlos para descubrir a su hijo en las diferentes áreas, no solamente en una, y descubrir si el niño tiene más tendencia hacia la plástica; en términos del del arte, o va para el área del deporte, o va para el área de la música, o va para el área de la expresión corporal como es la danza o el baile. Y estimularlo y potenciar eso que uno visualiza. Y no dejar a los niños a la deriva a que descubran solos, porque no tiene la capacidad para discernir aquello. Entonces, aquí hay una gran responsabilidad de los padres sobre los hijos en cuanto a su formación y a su educación. Después, cuando ya uno es más grandecito y ya entra a la etapa de la juventud, saber hacia dónde va a orientar esas capacidades cuando las descubre y entonces entra el camino de la fe, a tocar fuerte. ¿Qué quiero de mi vida, hacia dónde quiero ir, para qué quiero yo hacer esto o hacer lo otro? Y empezar a discernir y empezar a elegir el camino que va a tomar. Y bueno, después cuando ya estamos en la etapa de los adultos, yo escucho muchas personas que se jubilan y duermen, se levantan, duermen, se levantan… como muchos, salen a pasear su mascota y vuelven y duermen y otra vez a dormir. Y cuál es la respuesta que tienen: Pero si no tengo nada que hacer, ya estoy jubilado. Entonces, es al revés. Yo creo que ese es el tiempo en que uno puede hacer lo que por mucho tiempo se postergó, como en mi caso, que no tuve la oportunidad de hacerlo. Y disfrutar de esto y compartir esto. Y esto ha sido increíble porque, te contaba no hace mucho, que me hice el chequeo médico general este año completísimo y lo único que recibí fueron felicitaciones de todos los médicos por donde pasé el examen.

Ángel: Si recuerdo

Rossy: Exámenes así también lo arrojaron, que no podían creer que a esta edad yo no tuviera ningún problema de salud. Entonces, para mí decía, es que no saben a quién tengo detrás y no lo tengo atrás, lo tengo adelante, lo tengo arriba de por todos lados, me rodea.

Ángel: Amén, amén.

Rossy: Entonces esto es salud. Entonces, las personas que están en edad avanzada, a veces a los 50 ya se consideran viejos. Imagínate qué queda para mí. Que puedan tomar esta opción, pero que la tomen no pensando en que no puedo, sino que pensando en yo voy a lograrlo. Y no lo logramos solos. Y a mí me costó mucho. Yo reconozco todo lo que me costó. Yo recuerdo que miraba tu rostro y sentía que tú deseabas estar en ese momento aquí al lado mío y encima verlo así, diciendo: pon aquí los dedos pon acá los dedos, porque no lograba entenderte, porque en mi cabecita no funcionaba. Pero todo ha sido un despertar. Cada cierto tiempo tú mismo te das cuenta y observas que he tenido un nuevo despertar… ¡y vamos… y vamos! Ahora, si tú me preguntas hasta cuándo tengo yo deseo de seguir esto, te digo, ni siquiera lo he pensado. Estoy tan feliz con esto. Mi corazón está tan lleno, mi vida está tan llena, mi casa está tan en armonía, mi hogar, mi hijo lo veo muy contento. Entonces, eso es lo que me ha dado esto a mí.

Ángel: Que bueno. De verdad me alegro muchísimo y lo veo en tu rostro y lo he visto en la evolución en estos años y bueno, para mi es incluso sorprendente que me comentes que tenías problemas, quizá con orientación o de memoria.

Rossy: Tuve pérdida neuronal, Ángel.

Ángel: ¡Sí! Y ahora viendo lo que estás haciendo a nivel de que, bueno, en las clases hemos hecho ejercicios en los cuales tu transportas, transcribes, aplicando conceptos de armonía; que requiere un nivel de pensamiento un poquito más allá de lo normal, algo de análisis. Realmente tengo que decir que Dios ha puesto su mano ahí ha hecho un milagro y te ha ayudado.

Rossy: Sin duda.

Ángel: A través de la música ha sido el instrumento, pero bueno, toda la gloria a Dios por eso.

Rossy: Mira, mi naturópata me decía el otro día, porque él ha seguido los vídeos de nuestras presentaciones y de nuestros conciertos, y él me decía - y siempre cuando nos encontramos y no encontramos una vez al mes para ver cómo estoy - me dice: “Doña Rossy, yo lo único que le pido, lo único que le pido es que no deje la música.”

Ángel: Muy bien, muy bien. Sí, de verdad que sí. Pues, Rossy, no sé si querías comentar algo más para ir finalizando.

Rossy: Lo que a lo mejor por ahí tocaste de que, yo todo lo hago aquí en mi casa con esto de la pandemia nos provocó encerrarnos a todos, ¿no? Y yo estoy participando con una congregación que está en otra ciudad, pero los cultos, los servicios se hacen todos online y allí estoy trabajando con ellos. Y hay un calendario que está organizado de todas las personas que pertenecen al grupo de alabanza, que son los encargados de poner la música en cada servicio. Así que, cada cierto tiempo me toca a mí y estoy trabajando con ellos. De hecho, hoy en día hay culto y me toca a mí las alabanzas.

Ángel: Ay, ¡qué bien! ¡Excelente Rossy! Bueno, ves, nuevamente es testimonio de que cuando hay un propósito de Dios, ni la edad, ni la condición de salud; nada importa. Ese propósito se cumple en nuestras vidas. Solo necesitamos poner nuestro corazón, nuestra vida a su disposición para que Él obre. Y siempre hay un proceso que seguir. Usualmente hay un proceso y Las Escrituras están llenas de muchos ejemplos, empezando por el mismo pueblo de Israel que desde que salió de Egipto hasta que llegó a la tierra prometida, fue un proceso, literalmente un desierto, que a veces pensamos en el desierto como un símbolo de una época dura de nuestra vida de aprendizaje. Ellos atravesaron un desierto literalmente, y todo un proceso de más de 40 años ahí. Pero llegaron. Y se cumplió el propósito de Dios para sus vidas. Y así es con nuestra vida, así ha sido con la tuya, así está siendo con la mía y estoy seguro de que también con la vida de aquellos que nos están viendo y escuchando a través de este medio. Así que Rossy, muchas gracias por tu tiempo y por la disposición de compartir tu testimonio, tu experiencia aquí, muy agradecido. Me enteré de algunas cosas que realmente ni sabía y todavía me asombro de lo que Dios ha estado haciendo de tu vida y sigue siendo y seguirá haciendo.

Rossy: No, yo encantada, Ángel. Me honras de verdad, darme este tiempo, este privilegio de poder compartir mi experiencia y que pueda servirle a otros y servirme también a mí misma de ser capaz de reconocer de donde llegué, cómo llegué y cómo estoy ahora. Yo nunca voy a olvidar las palabras, sabias palabras, el consejo, que en el momento más oportuno tú también fuiste el puente para que esto se diera. Cuando el pastor Pedro, al escuchar lo que a mí me preocupaba, me dijo: “Rossy, de aquí hasta el cielo, sólo el Padre te puede decir hasta dónde y hasta cuándo.”

Ángel: Amén.

Rossy: Y ese fue un golpe de vitamina. Un golpe de fuerza que no lo he olvidado. Y está siempre aquí dándome vueltas. Y sí, cuánta razón tiene. La diferencia está en que él me lo dijo con la sabiduría del Padre, con la fuerza de la fe y con la experiencia naturalmente que él tiene como consejero espiritual.

Ángel: Amén. Bueno, pues gracias nuevamente Rossy y con eso terminamos esta primera edición que no creo que pueda haber sido mejor, de verdad he disfrutado mucho este tiempo y bueno, solo antes de terminar, quiero mencionar: a aquellos que les interese ser parte de esta comunidad y compartir con alumnos como Rossy, que hay de todas las edades, desde avanzados, más jóvenes y todo, pues por aquí, debajo del video les voy a dejar el enlace a la Escuela de Guitarra Online para que puedan echar un vistazo, ¿verdad? Y siempre recomiendo que tengan en oración, como Rossy bien dijo, esto es una cuestión de dar cada paso guiados por el espíritu santo, bajo la dirección de Dios. Espero, si sientes que puede ser de bendición a tu vida y que aquí en Escuela de Guitarra Online hay lugar para ti, voy a dejar el enlace por aquí en la descripción y probablemente también sale como una tarjetita o un anuncio por aquí en la esquinita del vídeo. Así que gracias por sintonizarnos y por el tiempo de escuchar esta entrevista. Y bueno, Rossy, Dios te bendiga, nos seguiremos viendo. Gracias y bueno, bendiciones.

Rossy: Bendiciones para todos también. Muchas gracias.

Escuela de Guitarra Online
<a href="https://angelsguitar.com" target="_blank">Ángel Candelaria</a>

Ángel Candelaria

Profesor de guitarra apasionado por la enseñanza musical online. En mi blog Angel's Guitar ayudo a guitarristas que desean servir a Dios con su instrumento a desarrollar su talento musical con excelencia. ¿Te unes a la comunidad de guitarristas con propósito?

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